Παρασκευή 5 Αυγούστου 2011

Indignados: de las plazas a los movimientos sociales



(Articulo publicado el 31 de julio 2011 en el periódico griego Epoji)
Las asambleas en las plazas de España, proban pasar a un nuevo esquema de movilizaciónes, y se enfuerzan continuar con ritmos más realistas, problemáticas más concretas, y presentar reivindicaciónes para relacionarse con lugares sociales específicos.
A Barcelona, la actividad básica se transportó en las plazas de los barrios, con un ritmo de asambleas cada semana. En el barrio de Grácia, un barrio historico con característica tradición libertaria catalána, que de varios puntos de vista puede compararse con el barrio de Exarjia en Atenas, las asambleas del mes pasado se dedicaron a la preparación de la movilización en todos los barrios contra los recortes de los gastos para la salud.
El programa de los movilizaciónes comprendió dos dias. El Martes 19 de julio se realizó en la plaza de Vila de Grácia una asamblea con la presentación del profesor Lluis Cambrubí, especialista de la economia de la salud, y una discusión de los vecinos reunidos. El miercoles 20 de julio se realizó una reunión delante del hospital de la región, y una marcha con algunas centenas de personas (y la participación de trabajadores del hospital) que ha atravesado el barrio, para desembocar en la Plaza de Cataluña, con las marchas de los otros barrios. Despues una marcha unida que concentró más de 20.000 personas llegó cerca del Parlamento donde encontró una importante fuerza policial.
El tema principal de los pancartas en la marcha fue los recortes del presupuesto para la salud, pero también la denuncia de los bancos y los politicos. A pesar de la ausencia de organizaciónes politicas (no había ningúna pancarta o bandera), los esloganos de la furgoneta o de los manifestantes fueron a menudo “clásicos”, como “huelga general”, o “pueblo unido jamás será vencido”. Adelante de las oficinas de los Comisiones Obreras, la marcha se paró y todos llamaron “huelga general”, en un intento del nuevo movimiento de comunicar con la burocracia del movimiento syndical historico. El radicalismo anticapitalista de la manifestación pareció cuando se realizó una reunión amenazadora, de unos miles de manifestantes, frente de la Bolsa de Barcelona.
En España como en Grecia, vemos desde hace tiempo, un intento del movimiento de los indignados de pasarse de la expresión de contradicciónes y objetivos generales, a la integración de necesidades y demandas especificas. Está importante de entender que los dificultades que encuentra esto desarrollo no son función de una conciencia política vaga, o de la ausencia de objetivos. La intrasigencia de esto movimiento delante el sistema de los bancos y de los políticos que lo sostienen, y la necesidad de eliminar esto sistema, son hoy los solos objetivos realistas. Esta intrasigencia está debida al hecho que es antes todo un movimiento democrático (que pone la cuestión del poder), y no un movimiento de clase (que es preparado para negociar). El hecho que no es visible ahora la realización de estos objetivos, no está debido a la inmadurez de ellos y ellas que los ponen, o a una elaboración inadecuada. Está debido a la existencia de fuertas inercias sociales (de grupos sociales que crean que la crisis será sobrepasada, o que podrán mantener sus posición a pesar de la crisis), o de fuerzas políticas y burocráticas que tratan de formar alianzas políticas con propuestas “realistas”, incluidas en los ensfuerzos de reproducción y no de eliminación del poder de los bancos privados.
Después la decisión europea del 21 de julio sobre la deuda griega, que monstró que el sistema político europeo no tiene la intención de hacer preción frente a los bancos, sino al contrario los incorpora cada vez más en su funcionamiento, es también claro que todos los esfuerzos de grupos o economistas de la izquierda para encontrar compromisos con “soluciónes” socialdemócratas, se tropezan frente a la dura realidad: todas las ideas para renegociar la deuda griega, o para su transferencia en un mecanismo europeo publico, estan finalmente implementadas, pero después de la adopción de un nuevo exhaustivo programa de austeridad. Despues es decir del agotamiento de los limites de la aceptación para la sociedad griega de nuevos sacrificios que pide el servicio de la deuda. Es revelador que no fue una negociación común del equilibrio de los nuevos sacrificios y los “retrocesos” de los bancos. El primero fue la investigación y la aceptación para el gobierno griego de los limites de resistencia de la sociedad griega. El segundo fueron los nuevos ajustes, y un nuevo escenario que garantíza los beneficios de los bancos.
El sistema de gobernabilidad esta “cerrado”, y el poder de los bancos no se reduce, sino se expande. El radicalismo intrasigente de los indignados es la sola dirección realista que pueden seguir los movimientos sociales. El desafío no es como los indignados se adaptarán a la parcialidad y la tradición de negociación de las luchas sociales, sino como las demandas de los movimientos, que expresan las necesidades reales de los hombres y mujeres y de los sociedades, organizaran del punto de vista tematico, programatico y institucional (es decir con auténticas estructuras democráticas), el enfrentamiento frontal con la barbaria del capitalismo financiero. La manifestación del 20 de julio en Barcelona, donde la protesta para los recortes fue incorporada al objetivo de la “democracía real” contra los bancos y los politicos, ha mostrado que la continuación del movimiento en los barrios y los lugares sociales puede ser el factor de su expansión y masificación.

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